Detenidas 14 personas e intervenidas 14 toneladas de piña antes del final de la campaña de recogida

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), pertenecientes a la Comandancia de Huelva, en colaboración con otras Unidades del Cuerpo, han intervenido, cuando ya resta poco tiempo para que finalice la campaña de la recogida de la piña, un total de 14.650 kilos de este fruto.

Según ha informado el Instituto Armado en una nota, se han formulado hasta la fecha 123 denuncias y se ha detenido a 14 personas vinculadas a delitos relacionados con la piña. Por ello, se han intensificado sus controles principalmente en las zonas de mayor densidad de pino piñonero.

De este modo, por comarcas, las actuaciones recogidas por la Guardia Civil, se han intensificado en su mayoría en la zona del Condado y área de influencia de Doñana, donde se han llegado a intervenir más de 12 toneladas. Le sigue la zona del Andévalo, con casi 1,5 toneladas, y ya con bastante distancia la zona de la Sierra y las próximas a Moguer-Huelva, con cantidades ligeramente superiores a los 500 y 400 kilos respectivamente.

La recogida de piñas comienza oficialmente el 1 de diciembre y finaliza el 31 de marzo, aunque quienes se dedican a la recolección ilegal, comienzan antes del inicio del periodo hábil regulado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

Estos individuos consiguen un precio menor en el mercado, al tratarse de mercancía conseguida irregularmente, logrando afectar a los precios oficiales, que giran en torno a los 0,80 euros el kilo, con el consiguiente perjuicio económico para quienes se ocupan de esta actividad de forma regulada.

Las piñas son vendidas por los recolectores a ‘piñeros’, especie de intermediarios que mantienen un almacenamiento temporal y que luego las revenden al por mayor a compradores de Castilla-León y otras zonas de España y Portugal.

Andalucía constituye ‘la mayor reserva’ mundial de pinares de pino piñonero, con un 32 por ciento del total, lo que hace que esto constituya ‘una preocupación’ para la Guardia Civil, y más concretamente para su Servicio de Protección de la Naturaleza, encargado de impedir, entre otras muchas funciones, el deterioro de la riqueza forestal.