El PAN Moguer consigue por fin ganar después de un partido colosal ante el Montequinto (33-30)

Colosal. Ese el adjetivo que define el partido del Pedro Alonso Niño, el sábado frente a Montequinto. La regularidad llegó por fin a la pista y eso se notó en el resultado. El equipo moguereño dominó el encuentro de principio a fin y, a pesar de encontrarse en frente a un rival muy bien colocado sobre la pista y con calidad, la victoria se quedó en el Zenobia.

La defensa magnífica, el ataque colectivo y eficaz y en la portería, san Emilio Guerrero, que salvó a su equipo en varias ocasiones erigiéndose como el mejor de partido. Pero no fue el único, Sergio Cruzado y Félix Bross debutaron a un buen nivel, los dos. Dani Podadera volvió a ser el máximo anotador con ocho goles y Gonzalo y Javi González también brillaron con luz propia.

Desde el principio el equipo demostró una buena cara e hizo de la intensidad su principal baza. No paraban de correr ni de defender y al final eso se tradujo en goles y aciertos.

No obstante, el Montequinto no vino a Moguer a pasearse y le puso las cosas difíciles a los de Javier Socías. Sin embargo, el sábado era el día y, ni los envites de los sevillanos, que llegaron a empatar el partido a 17, fueron capaces de desconcentrar a los locales. A 15 minutos para el final, el PAN estaba tres goles arriba (26-23). Precisamente esa diferencia se alargó ya hasta el final, cuando los dobletes de Sergio Cruzado y Álvaro Quintero, trajeron la calma a los amarillos, que finalmente se impusieron (33-30) al equipo de Dos Hermanas.