Preludiar una buena entrada de la navidad y atraer al visitante a la localidad, son objetivos obligados a la hora de quemar las gamonitas.
Si bien, tal y como suele ser habitual, las casas puertas de los rocianeros prenden sus hogueras, de un tiempo a esta parte, la ermita de la Virgen del Socorro viene acogiendo a multitud de vecinos, que se unen dispuestos a repetir, como cada año, la tradición.
La Virgen estuvo en su paso cumpliendo medio siglo de patronazgo canónico. Acontecimiento éste, que hizo más especial, la celebración en este año.
De abuelos a padres, y de padres a hijos… poco a poco va heredándose una tradición que, sin duda, hace salir a la calle, a toda la vecindad.
Y como no podía ser de otro modo, el coro de mayores cantó villancicos para amenizar una velada cargada de sentimiento, recuerdos y deseos.
Porque para Rociana, quemar las gamonitas es punto de encuentro obligado.