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NOTICIAS
29
Abr
2011

Proyecto de aplicación de controladores biológicos al viñedo tradicional

| Provincia | 10:32 am

Un proyecto muy novedoso en la rama agrícola, auspiciado por la Consejería de Medio Ambiente en coordinación con la Fundación Doñana 21 y las tres cooperativas vitivinícolas de Almonte, Rociana y Bollullos Par del Condado, se está llevando a cabo en los últimos meses, con el objetivo de controlar las plagas de manera biológica en el viñedo tradicional. Los técnicos adscritos a las diferentes instituciones están realizando una importante labor para el éxito de esta iniciativa. Por su parte, los agricultores participantes han incidido en las interesantes posibilidades que ofrece para el cultivo de la vid, a la hora de producir vinos ecológicos de mayor calidad.

Para la experiencia, se ha contado con un total de quince parcelas piloto que suman un importante número de hectáreas. Durante esta semana se han realizado sueltas de auxiliares agrícolas, repartidos a lo largo de las diferentes explotaciones. Se trata, concretamente de ejemplares de Amblyseius Californicus, un tipo de ácaro que se alimenta de otras arañas dañinas para los cultivos. De este modo, el agricultor ya no tendría la necesidad de aplicar un producto fitosanitario, por lo que el vino final podrá contar con un distinto de excelencia añadido a la contrastada calidad de los caldos producidos en Doñana.

El proyecto, consistente en el control biológico y ecológico de las plagas, es pionero en su aplicación en la zona. Los “bichitos” vienen en bolsitas que contienen una solución nutritiva para que sobrevivan al trasporte desde Holanda. Se han conservado a una temperatura entre 18 y 20 grados para que permanezcan aletargados. La colocación en el lugar exacto en la cepa, el número de ejemplares por planta y hectárea, conforman parte del estudio que se está realizando ahora, con el fin de que la especie se asiente en los cultivos y cumpla eficazmente su función. Esta acción forma parte de otras experiencias puestas en marcha para derivar el manejo de los viñedos hacia planteamientos marcadamente ecológicos.

Según la responsable de agricultura, de la Fundación Doñana 21, Ana Villa, en estas fechas en las parcelas “ya se han aplicado materias orgánicas para mejorar la estructura del suelo y las relaciones carbono/nitrógeno para aumentar la biodiversidad en los campos del viñedos, a través de unas prácticas biológicas y sostenibles. Hay que pensar que este cultivo se adapta muy bien a estos terrenos y está cumpliendo en Doñana una función muy importante de tipo ambiental, ya que al ser permanente frena y reduce los efectos negativos de la erosión y la pérdida de suelo fértil. Es preciso recordar que no precisan de agua y aportan un magnífico producto final al consumidor”.

Objetivo de Doñana 21

Ya el pasado 14 de febrero, durante el Patronato de la Fundación Doñana 21 en el que se expuso el Plan de Acción previsto para 2011, se dejaba constancia de las diferentes iniciativas englobadas en el apartado agrícola, pilar básico y emblemático de la economía en la Comarca. El reto pasa por alcanzar un modelo competitivo que aúne la calidad y el respeto al territorio. Finalmente, se intenta incrementar el beneficio final para el agricultor a través de un producto de calidad como el que se está aplicando, que va a mejorar siempre la planta, de lo que resultará un vino con mejores posibilidades de comercialización.

El Patronato de la Fundación expresó también su apoyo a la permanencia del paisaje del viñedo tradicional en la Reserva de la Biosfera de Doñana, a través de un estudio sobre la situación del cultivo en la zona, analizando su pasado, presente y futuro, y detectando las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de esta explotación tradicional. La valoración se está extrayendo en dos vertientes: la ecológica, como reservas de biodiversidad local y de un paisaje tradicional, y la sociológica, como mantenedora de un estilo de vida tradicional. Se están coordinando en este sentido diversas acciones piloto en las cooperativas de Almonte, Bollullos Par del Condado y Rociana del Condado.

A este compromiso, se le sumaba el propósito permanente de innovación en proyectos abanderados por la Fundación en su territorio de referencia. Es el caso del diseño y diagnóstico para el biocontrol de plagas y enfermedades en los viñedos tradicionales de la reserva de la biosfera de Doñana. Mediante este estudio, se detectarán las principales afecciones de este cultivo y propondrán medidas de control sanitario, priorizando la incorporación de nuevas prácticas biológicas contra los parásitos.

Estos trabajos son complementarios al Plan de Sostenibilidad del Viñedo, que persigue como objetivo fundamental garantizar la permanencia paisajística del cultivo tradicional y frenar el arranque de cepas, con el consenso y la coordinación de las instituciones públicas y privadas del sector, en una línea de trabajo iniciada el año 2000 dentro de la zona de denominación de origen Condado de Huelva. Este cultivo no puede abordarse solo desde el punto de vista agrario, debido a que se trata de un importante recurso paisajístico y es un eficaz elemento para prevenir la erosión y la colmatación del arroyo de la Rocina y las marismas del Parque Nacional.

Control de plagas

Entre las iniciativas sobre lucha biológica impulsadas por la Fundación Doñana 21, hay que citar la emprendida por la empresa Royal Berries, que está desarrollando otro estudio tendente a buscar insectos que contribuyan al control de plagas, de manera que someta al pulgón y otras especies dañinas para el cultivo de frutos rojos, siempre dentro de premisas ecológicas. Se están inventariando los organismos de diferentes ecosistemas con el fin de conocer la materia prima con la que se cuenta, midiendo su eficacia contra las especies invasoras. Posteriormente, tendrá lugar la fase de reproducción de estos controladores biológicos.

La iniciativa se puso en marcha gracias a una ayuda de la Fundación Biodiversidad que alcanzaba el 56 por ciento de la inversión total. Se sumaron a la idea Fundación Doñana 21, Ayuntamiento de Almonte, las delegaciones provinciales de Agricultura y Medio Ambiente, oficinas agrarias del entorno, Andanatura, empresas privadas y el aval del científico Juan Pérez Mercader.

El proyecto busca atraer a los insectos más adecuados hasta los cultivos, mediante métodos como una vegetación auxiliar anexa a las plantaciones, cuya floración funcione como un reclamo. Las futuras poblaciones estables tendrían como alimento las plagas que se quieren combatir. Como objetivo final, se pretende que Doñana contribuya con su enorme biodiversidad a la lucha biológica, así como conocer en profundidad determinadas especies y reproducirlas en cautividad. Además, estos métodos aportan un importante valor añadido a las producciones agrarias. Los consumidores valoran cada vez más el uso de sistemas de producción sostenibles que respeten el medio ambiente.

En este caso, los técnicos están identificando en el campo los insectos autóctonos que pueden ayudar a la prevención de plagas. Esta vertiente del proyecto resulta especialmente interesante, ya que permitiría producir los “controladores”, de lo que se derivaría una importante e innovadora explotación de carácter económico y bajo criterios sostenibles, que resultaría además exportable a otras zonas.

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