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Peritos destacan la “normalidad” de la personalidad del acusado por el doble crimen de Almonte

La médico forense y el psicólogo del Instituto de Medicina Legal que realizaron una evaluación de F.J.M., el único acusado por el doble crimen de Almonte, en el que murieron un padre y su hija de ocho años en abril de 2013, han asegurado este miércoles que la personalidad de F.J.M., destaca por “su normalidad” y han indicado que no presenta rasgos ni de agresividad, ni de ser una persona controladora o dominante.

En su declaración durante el juicio por estos hechos en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva, los dos peritos han asegurado que realizaron entrevistas y cuestionarios al acusado, el cual no presenta ninguna patología.

Han comentado que comenzaron las entrevistas en mayo de 2015, al año de estar ya en prisión, y que F.J.M estaba con tratamiento farmacológico desde su ingreso en la cárcel debido al “cuadro ansioso-depresivo reactivo” que presentaba al estar privado de libertad.

Asimismo, han remarcado “el comportamiento normalizado y empático” del acusado, el cual tuvo momentos en las sesiones de “desbordamiento afectivo” por su situación o al referirse a su relación con Marianela Olmedo, –madre y expareja de las víctimas–; así como a los fallecidos o a su familia. Para los dos peritos, se trata de una actitud “normal” ante la situación del acusado, que hablaba “bien” del fallecido.

En esta misma línea, han indicado que, dentro del protocolo establecido para realizar la evaluación, le realizaron una primera entrevista libre para que “hablara y conocer” aspectos de su infancia, su vida, y después se dio paso a entrevistas semiestructuradas (todas de larga duración) y cuestionarios.

Tanto la médico forense como el psicólogo han explicado que los resultados de los cuestionarios y entrevistas arrojan que F.J.M es una persona con “un nivel intelectual normal, modesta, capaz de organizar planes, al que no le gustaba sobresalir y bien adaptado a su sociedad”.

Del mismo modo, han remarcado que es una persona a la que le gustaban “sus rutinas” y que no le gustaba llamar la atención y que les hizo alusión a su relación con Marianela Olmedo al ser extramatrimonial y que él mismo calificó de “compleja”.

En cuanto a su relación con Marianela Olmedo, con la que mantenía una relación sentimental en el momento de los hechos, la médico ha dicho que F.J.M la define de “compleja” y él aseguró en las sesiones que “él había perdido cosas, que quería que se fueran juntos y ella no lo tenía claro” y que esta situación “le avergonzaba” porque “sabía que no estaba bien” que fuera a escondidas.

Respecto a si el acusado es una persona violenta, han indicado que no han constatado nada que lleve a pensar eso ya que en el transcurso de las entrevistas no hace mención a peleas en la infancia o adolescencia y solo menciona una discusión con el padre de la que fue su novia durante diez años cuando rompe con ella.

En cuanto a las relaciones de pareja e íntimas, han subrayado que tampoco han encontrado rasgos de que F.J.M sea una persona dominante, al tiempo que han asegurado que tampoco presenta signos de ser una persona manipuladora.

Los expertos han señalado que “todos podemos ser en un momento dado manipuladores o ser manipulados” según las circunstancias, pero han remarcado que el acusado no cuenta con rasgos en ese sentido y han añadido que es “reservado emocionalmente”.

Han precisado que la compulsividad que presenta también se encuentra dentro de los estándares. De hecho, la médico forense ha asegurado que normalmente en estas sesiones donde se indaga en la vida y sentimientos del entrevistado se dan situaciones de irritabilidad y él no presentó tampoco aspectos en este sentido, por lo que han destacado que es una persona “paciente y con un alto nivel de tolerancia a la frustración”.

Finalmente, los dos peritos han dicho que es destacable la red de apoyo social y familiar con la que cuenta, así como han indicado que él niega que cometiera esos hechos y considera “un horror” que puedan pensar que él es el responsable de la muerte violenta del padre y su hija.

En cuanto al momento en el que se conocieron los hechos en abril de 2013, han indicado que tuvo una reacción ansiosa por “la vergüenza que él sentía” por el hecho de que en el pueblo pensaran que él se había metido en el matrimonio del fallecido y su mujer, –con la que mantenía una relación extramatrimonial–, ya que en un primer momento se pensó que se los hechos eran un homicidio del padre a la hija y el posterior suicidio.