La amenaza de lluvia truncó el Martes Santo en La Palma del Condado. La Hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo, Nuestra Madre y Señora de las Lágrimas y San Juan Evangelista finalmente no salió del templo parroquial de San Juan Bautista. La decepción entre hermanos, devotos y palmerinos fue general aunque entendieron una decisión adoptada para no poner en riesgo el patrimonio de la cofradía.
En un primer momento, la Junta Directiva de la Hermandad del Cautivo decidió retrasar la salida una hora, hasta las 9 de la noche, pero al final sus responsables optaron por permanecer en el templo, donde hicieron una levantá de cada paso. Además cantó una saetera y el Coro de la Hermandad tras lo cual se llevó a cabo un via crucis en el interior de la Iglesia.
Aunque no hubo procesión, todos los integrantes del cortejo estaban a punto a las 8 de la tarde para comenzar el tradicional recorrido por las calles de La Palma, entre ellos los 90 nazarenos con hábito de color azul con antifaz rojo, botonadura y cordón rojo, escudo bordado en oro y seda con Cruz Trinitaria y Cáliz que acompañan a la imagen.
El primer paso de la hermandad muestra una imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Antonio Castillo Lastrucci, talla de 1948, que había sido exornada con claveles rojos e iris azules. El paso iba a ser portado por 35 costaleros a las órdenes de los capataces Manuel Jesús y Juan Carlos Martín Domínguez.
El segundo paso lo ocupa la imagen de la Virgen de las Lágrimas y San Juan Evangelista, ambas de Rubén Fernández Parra, cuyo andar estaba previsto que fuera marcado por 30 costaleros con Manuel Suárez Millán y José Manuel Morales Gil al frente como capataces.