Los vinos siguen siendo protagonistas indiscutibles de la cena de navidad. Riojas, tintos, blancos, espumosos… cualquiera de ellos pueden convertir una cena normal, en una auténtica delicia. Sobre todo, si son del condado de Huelva. Lo importante, como señala el enólogo José Joaquín Contreras, “es que el vino no tape el sabor de la comida, ni al revés”.
Lo recomendable es empezar con un vino espumoso que nos abra el apetito y sirva de aperitivo. Si el primer plato es pescado, arroz o pasta, acompañamos con un blanco seco. Y si pasamos a guisos y carnes, tendremos que elegir un vino con más fuerza, como el tinto. Tan solo tienes que asegurarte que no tenga olor a vinagre, a suciedad o a óxido. Son los trucos para saber si un vino está en buen estado o no.
Pero lo más importante es, sin duda, disfrutarlo. “No es obligatorio tener que cambiar de vino porque así lo indica el protocolo, si se está disfrutando, adelante”, apunta el enólogo.