Los incidentes acaecidos en la Cabalgata 2014, en la que los Reyes tiraron todo tipo de juguetes, algunos de ellos demasiado voluminosos, contundentes o punzantes en envoltorios que resultaban peligrosos para la integridad físicas de las personas, ha llevado al Equipo de Gobierno de la localidad a tomar cartas en el asunto y ya está trabajando en la elaboración de una normativa que regule las distintas circunstancias que rodea este evento anual, que debe ser ‘para el disfrute de toda la ciudad y sobre todo, de los mas pequeños’.
Los últimos años, la proliferación de regalos que sus Majestades los Reyes tiraban durante la cabalgata, estaba derivando en una concentración de jóvenes y no tan jóvenes, en torno sobre todo a los tronos reales, en pos de alcanzar algunos de dichos regalos (pelotas, peluches, juegos infantiles, charcutería, adornos domésticos y un largo etcétera), que hacían imposible disfrutar a los mas pequeños de “su” Cabalgata, dado que al acercarse las carrozas, una importante marea humana arrasaba con todo lo que se encontraba a su paso, impidiendo a pequeños y mayores acercarse a los reyes.
La Comisión de Gobierno que tiene lugar cada semana abordó la problemática el mismo martes día 7, dada la preocupación en la ciudadanía y que comparte este ayuntamiento, y ha iniciado la elaboración de una normativa que regule este tipo de eventos públicos y que contempla la creación de un itinerario permanente para las próximas ediciones, que reúna los requisitos mínimos de seguridad en casos de este tipo, donde se dan cita gran número de personas: calles y avenidas anchas y espaciosas, con fáciles accesos y/o salidas. Por otro lado, no se permitirá ya en 2015 tirar ningún tipo de juguete y solo se admitirán caramelos, estableciéndose tres puntos durante el recorrido para la entrega de juguetes a los más pequeños, estando estos delimitados previamente.
Una vez aprobada dicha normativa, las personas que encarnen a los Magos de Oriente serán informados detalladamente de la misma y habrán de comprometerse, con carácter previo a su participación, a observarla en todos sus extremos, pudiéndosele imputar responsabilidad si de su incumplimiento deviniesen daños a personas o bienes.