En un municipio como Almonte, reconocido como Ciudad Amiga de la Infancia, no se puede pasar por alto a este colectivo. Tan importante es que tiene su propio Consejo Municipal. De hecho, ayer mismo se celebró una nueva edición.
Se trata de un órgano de participación reglado, que se estructura con distintos puntos en el orden del día. Uno de los más destacados fue la aprobación del Plan Municipal. Un plan que no solo cuenta con la participación de los padres -a través de la AMPA-, sino también de los pequeños.
Y es que el objetivo final es que crezcan con valores de buena convivencia entre unos y otros. También que participen en la vida social del municipio y que lo hagan, como dice la alcaldesa, Rocío Espinosa, “con una actitud crítica y basada en el respeto”.
Construir este proyecto de trabajo común pasa también por establecer un programa de actividades. Algunas están a punto de llevarse a cabo, como la celebración de un pleno infantil. Será la próxima semana y, durante unas horas, se convertirán en los representantes municipales.