El pasado sábado, Bollullos se fue al campo a comer los chorizos de todos los años… Con guita o sin ella, todos los vecinos disfrutaron, en la dehesa, de la tradición.
Un día de convivencia en honor a San Sebastián que comienza muy temprano.
A eso de las 9 de la mañana, los primeros valientes comen el tostón con bacalao, prenden las candelas y beben el vino de la tierra. Y así, hasta bien entrada la noche.
Un día tradicional que coincidía con la época de la matanza. De ahí, que vecinos acudieran con las bestias, a comer los chorizos y reunirse con familiares y amigos.
A día de hoy, casi todo se moderniza, por lo que, a los chorizos y el vino, se une chacina, todo tipo de carnes, empanaos, tortillas… y un sinfín de tapas y bebidas.
Siguen desfilando carros y caballos, además de los remolques con la leña.
Pero lo que, sin duda no puede faltar, es el compás del cante y baile de locales y visitantes.
Porque Bollullos nunca falla a su cita campera en honor a San Sebastián.