Con los primeros rayos del sol, la virgen del Valle, comenzaba su caminar por La Palma del Condado. Después de estar casi todo el mes de agosto en la Parroquia, la patrona palmerina ponía rumbo hasta su casa. Pero antes de esto, tocaba recorrer las calles de su pueblo, en concreto el barrio del Tagarete, al que volvía siete años después. Perfectamente engalanado para la ocasión, los vecinos de este barrio recibían a su patrona. Todo ello con la compañía de los campanilleros que, después de un año de ausencia por el fallecimiento de uno de sus componentes, cuya casa, por cierto, visitó la virgen en este recorrido, volvía a poner la nota musical de la jornada. Una procesión emotiva y siempre bajo el amparo de su pueblo.
Más de siete horas de camino entre vivas, petalás y fervor de centenares de palmerinos, que acompañaron a su patrona un agosto más. Pero no terminan aquí los actos, pues a la virgen del Valle le espera un intenso programa de actividades.
Al final, una procesión importante marcada por un año diferente en el que por primera vez en la historia, la virgen salió más de una hora tarde a consecuencia del tiempo. Circunstancia especial que no impidió que La Palma se llenará de devotos el pasado 15 de agosto, al igual que lo hizo el domingo para acompañar a la patrona hasta su Ermita.