Dice la letra de una sevillana que “¿Quién ha dicho que la Virgen nunca ha salido de Almonte?”. La podríamos aplicar nosotros al ver esta estampa: la Virgen del Rocío recorre las calles de la Feria en su honor que se celebra en la localidad de Pilas.
Obviamente, la imagen original de la Blanca Paloma permanece en su Santuario, pero los rocieros pileños, en un pueblo que, por su cercanía, mantienen esta devoción fuerte a la patrona de Almonte desde hace siglos, viven año tras año con la imagen vicaria que tiene esta filial este momento entrañable.
Un momento que también supone uno de los platos fuertes para los hermanos mayores, que ya viven con intensidad un año cargado de emociones y sentimientos a flor de piel, una vez que son nombrados el martes de vuelta y ven impuestas las medallas en la Solemnidad del Corpus Christi.
De esta forma, Pilas cumple un año más su rito y lleva a la Blanca Paloma a su feria para poner el broche a unos días en los que se han vivido intensamente en estas calles llenas de luz y de color la alegría y la convivencia.