La Santa Cruz de Arriba de Rociana bendice su carretera

La Hermandad de la Santa Cruz de Arriba de Rociana del Condado, celebrará el próximo sábado 26 de febrero un solemne acto de bendición y presentación de su carreta, tras la restauración y enriquecimiento que ha ejecutado el taller isleño de Daniel Sánchez. El acto tendrá lugar a las 17 horas en la Plaza de España y será presidido por el párroco de Rociana, D. Emigdio del Toro y el párroco de Almonte, hermano de la agrupación, D. Francisco Miguel Valencia. En el apartado musical participarán el Coro de la Cruz de Arriba de Villarrasa y el Grupo de Tamborileros ‘Los Bravos’ de El Cerro del Andévalo.

Finalizado el acto, al que están invitados autoridades, hermanos mayores de la historia de la Hermandad y todos los grupos parroquiales locales, se realizará un recorrido inédito con la carreta tirada por bueyes y portando el estandarte, por distintas calles de la villa. La carreta permanecerá expuesta en la nueva capilla los días 27 y 28 de febrero.

Además de la actuación llevada a cabo a la carreta que cada año traslada la insignia crucera al tradicional Romerito, la Hermandad rocianera ha aprovechado para estrenar nuevos frontiles y fajines bordados en terciopelo verde, elaborados en el taller dirigido por Dolores Fernández ‘Orobordado’ de Brenes (Sevilla). Por otro lado, el guarnicionero devoto de la Santa Cruz, Manuel Pérez, ha realizado una nueva guarnición exclusiva para los cabestros y se ha actuado en las ruedas con un tratamiento de decapado y embellecimiento.

HISTORIA

La carreta de la Santa Cruz de Arriba es un baldaquino, que podría datar del s. XVIII, ésta era utilizada como paso procesional en la festividad del Corpus, la misma fue cedida, tras un intercambio y hermanamiento entre corporaciones cruceras por la Hermandad homónima de Villarrasa en el año 1.983. Está realizada en madera policromada, con cuatro columnas corintias coronadas por una bóveda de estrella. Tras su restauración se le ha eliminado las andas e incluido algunos detalles como baberos, peana, penachos o cuatro candelabros, para recuperar su esplendor.