La hermandad de la Madrugá de Bollullos se ha sumado a la celebración de la caca de la burra. Un sorteo que ya ha recorrido varios pueblos de la comarca con excelente acogida. Y ha resultado bien: más de 2.800 parcelas vendidas a la espera de que la burra haga su trabajo.
El mecanismo es simple. Se divide un terreno en parcelas y se vende cada una con un número al precio de 2 euros la papeleta. Luego, dentro del terreno se deja suelta a una burra. La parcela donde haga sus necesidades tiene premio: 2.500 euros.
Para entretener la espera, la hermandad ha organizado también un ambigú a precios populares para recaudar así fondos para el paso de palio. “Esta junta directiva desde que entró tiene como proyecto el paso de palio”, ha destacado Miguel Mateo, Hermano Mayor. “Estamos inmersos ahora mismo en esto, bordando lo que es el respiradero”.
Finalmente, el premio tocó. La burra eligió para sus menesteres la parcela 2205, sembrando la suerte de una familia de Bollullos.