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La falta de medios de la policía local provoca el descontrol del botellón en Matalascañas

La Asociación de Propietarios de Matalascañas está en pie de guerra, de nuevo, contra el botellón. Trece años después de que fuera oficialmente prohibido, el botellón vuelve a ser un problema en este municipio costero, agravado, además, por la actual pandemia de la COVID-19 y la facilidad de contagio que se produce en las aglomeraciones descontroladas como estas.

“El problema es que como siempre los políticos actúan mal y tarde. Esto se tenía que haber evitado antes, se sabía, no es algo nuevo, llevamos fines de semana en que ya se empiezan a producir botellones pequeños pero que siguen en aumento, y mientras tanto, los cuerpos y fuerzos de seguridad no tienen fuerza suficiente para poder controlar eso”, ha explicado Miguel Jurado, vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Matalascañas.

Desde la Asociación de Propietarios han recordado que el botellón lleva prohibido desde 2007 y exigen que se cumpla la ley. La policía local es la que tiene que llevar a cabo ese trabajo pero la falta de medios dificulta el trabajo de estos profesionales.

Aunque desde la Asociación celebran que por fin se haya alcanzado un acuerdo después de años de negociación entre la policía local de Almonte y el ayuntamiento gracias a la intermediación de las concejalas populares Itciar Azabal y Rocío Martínez, temen que no sea suficiente.

“Esto va a suponer que haya un policía local más por turno, pero no creemos que sea suficiente como para evitar que pueda haber la botellona. Esperemos, eso sí, que ese policía local más por turno permita que la atención telefónica de la policía local se de diariamente”, ha valorado Jurado.

La principal preocupación es que estas aglomeraciones descontroladas produzcan rebrotes de coronavirus que lleven a Matalascañas a una fase de desescalada anterior, restringiendo de nuevo la movilidad y provocando un nuevo confinamiento a nivel local.

“La Asociación ha denunciado la movida precisamente, lo de la botellona, porque se junta una cantidad de chavales y de chavalas alrededor de dos mil personas por la noche junto al faro, entre 1.500 y 2.000 personas, porque vienen de todos los pueblos de aquí, porque se ha dejado y no ha habido protección policial por falta de medios”, ha denunciado Juan Gómez, presidente de la Asociación.

Lamentan también que el nombre de Matalascañas haya sido “denostado” en medios y en redes sociales por esta razón y esperan que las autoridades competentes tomen las medidas oportunas.

La Asociación de Propietarios de Matalascañas tiene más de 3.000 socios cotizantes y plantea la suspensión de la asamblea de propietarios prevista para el 9 de agosto para evitar contagios por el coronavirus. Con una asistencia habitual de 250 personas, las limitaciones de aforo que impone la actual situación sanitaria pueden provocar aglomeraciones de personas en las afueras del recinto, caldo de cultivo para esta enfermedad.