No corren buenos tiempos para mantenerse en formal. El confinamiento nos ha tenido varios meses un poco más sedentarios de lo habitual, y con la comida demasiado a mano. Los expertos en endocrinología y nutrición calculan que ha supuesto un incremendo de peso de 3’5 kilos de media.
Y eso no es todo: al confinamiento hay que sumar el verano. Si por lo general es una mala época para ponerse a dieta, este año aún más. El desorden horario, las tapitas en el bar, la cervecita… Se calcula que de media el verano ha supuesto otros dos kilos más para nuestros cuerpos serranos.
Así que con un sencillo cálculo lo tenemos: 5’5 kilos de más en los últimos seis meses.
Ahora toca volver a ponerse en forma, eso sí: cuidado con las dietas milagro. No solo no funcionan sino que la mayoría provoca efecto rebote y perjudican seriamente nuestra salud.
La rutina será nuestra mejor aliada para bajar esos kilitos de más. Porque no hay milagros. Sólo hay que normalizar los horarios, comer sano y con moderación, y hacer algo de ejercicio.
Toca desempolvar las zapatillas de deporte y realizar ejercicio aeróbico para quemar ese exceso de grasa. Pero date prisa: los polvorones están a la vuelta de la esquina.