Paterna ha vuelto a llenarse de “vivas”, varas y estandartes, y es que este ha sido el fin de semana grande de la Cruz de Abajo.
El viernes tenía lugar el rosario frente a la capilla de la Cruz, donde además de rezos a la santísima, hubo lugar para reconocimientos. En esta ocasión, fueron los hermanos del coro de la Santa Cruz los encargados de recibir este galardón bajo el aplauso de sus fieles seguidores.
Y el sábado, el romero llenó de volantes y color al pueblo, y los cargos de este año pudieron hacer realidad su sueño de acompañar al cortejo.
El domingo también amanecía temprano para los fieles que disfrutaban, por fin, del paso de la santísima por las calles de Paterna. Y de nuevo, las emociones brotaban para los que tanto la adoran; una tradición que se perpetúa con su paso de padres a hijos.
Fin de semana de emociones, sin duda, y de recuerdos que quedan grabados en el corazón de los devotos a la de abajo. A partir de hoy, Paterna vuelve a soñar con un nuevo septiembre.