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La cría de aves se debilita en Doñana por las altas temperaturas y las escasas lluvias

La organización ecologista SEO/BirdLife ha advertido este lunes de que las altas temperaturas y las escasas lluvias de este invierno reducirán notablemente las posibilidades de criar de las aves que habitan Doñana y consideran que, “con probabilidad”, el humedal tendrá esta primavera “menos bullicio”.

A la escasez de lluvias se suman unas temperaturas anormalmente altas, “en lo que parece un primer avance de los efectos del calentamiento global sobre los humedales del sur de Europa”, ha señalado el técnico de la oficina de SEO/BirdLife en Doñana, Carlos Molina.

En ese sentido, en SEO/BirdLife apuntan que los períodos de sequía son habituales en la cuenca mediterránea, así como las fluctuaciones poblacionales en las aves, compensando años malos con años óptimos. Sin embargo, si estas condiciones climáticas se mantienen en el futuro, algo que la organización considera “previsible”, tendrían “graves efectos” sobre las aves, como modificaciones en sus rutas migratorias, cambios en las fechas de reproducción e invernada, reducción de las poblaciones por la disminución de los recursos y, en última instancia, la extinción de especies.

“Esta primavera, la mayor parte de la marisma natural de Doñana está seca o tan sólo parcialmente encharcada. Es previsible que la falta de agua y alimento genere que muchas de las aves acuáticas que habitualmente se reproducen en ella lo hagan en menor número y muchas fracasen en el intento”, ha explicado Molina.

En Doñana se reproducen alrededor de medio centenar de especies, entre las que se encuentran algunas aves residentes gravemente amenazadas, como cerceta pardilla, la focha moruna o malvasía cabeciblanca. Las especies migradoras procedentes de África, como las canasteras, fumareles cariblancos y pagazas piconegras, se encuentran a su llegada un paisaje “desolador”, advierte Molina.

“En años de baja pluviometría las aves acuáticas no encuentran en la marisma natural las condiciones adecuadas para reproducirse, si bien algunas zonas permanecen inundadas como la marisma del El Rocío o la laguna de la Dehesa de Abajo. En estos casos, las aves suelen hallar alimento y refugio en zonas con manejo artificial, como los cultivos de arroz o las balsas de acuicultura”, ha concluido.