Ya sabemos que no hay límite de edad para aprender, pero a veces si lo hay para recordar. Por eso en Hinojos, que han querido vencer a la naturaleza y retrasar este momento lo máximo posible, llevan tres años llevando a cabo un taller de memoria para mayores de 65 años.
Cada martes acuden en grupos a sus clases, como a ellos les gusta llamarlas, con Marianela, monitora que les guiará hasta finales de curso y que diseña actividades diferentes para cada sesión.
Esta semana han estado recordando algunos cuentos populares, además de poner en marcha la mímica y la competencia lingüística completando refranes populares.
Además, este taller totalmente municipal cuenta con la peculiaridad de poder llegar a todos, ya que dispone de un servicio a domicilio para atender a aquellas personas con movilidad reducida o necesidades especiales por enfermedad cognitiva.
A pesar del paso de los años, la ilusión por recordar lo antiguo y aprender lo nuevo la siguen manteniendo, aunque todos destacan que lo mejor es poder compartir ese rato con otros de su quinta.