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Han pasado 21 años y el “espíritu Ermua” sigue vivo

Los informativos de toda España se hacían eco de la muerte de Miguel Ángel Blanco. El joven político de la localidad vizcaína de Ermua fue asesinado el día 12 de julio de 1997 por la banda terrorista de ETA lo que desencadenó una auténtica movilización de España contra el terrorismo.

El concejal de apenas 30 años del Partido Popular fue secuestrado nueve días después de que la Guardia Civil liberara a José Antonio Ortega Lara, funcionario de prisiones que estuvo retenido por la organización durante 532 días.

Hoy se cumplen 21 años de su asesinato y la situación con ETA ha cambiado respecto a la conflictividad de entonces. De hecho, el día 3 de Mayo de este año se anunció el desmantelamiento definitivo de la organización tras la etapa de diálogo que se había abierto a partir de 2011.

En aquel tiempo, ETA tenía como objetivo exigir a cambio de la libertad de Miguel Ángel el acercamiento de los presos de la organización terrorista a las cárceles del País Vasco en un plazo de 48 horas. Ante tal petición el Gobierno Central se negó a ceder al chantaje obteniendo como respuesta el cadáver de Miguel Ángel tiroteado en la madrugada del día 13.

La demanda por parte de ETA sobre el acercamiento de sus presos a las cárceles del País Vasco ha sido un requerimiento común por la organización y que la justicia ha denegado en la mayoría de los casos como consecuencia de la posible finalidad de esta actuación.

Tras el conocimiento del secuestro, la población española comenzó a movilizarse. Miles de vecinos de la localidad de Ermua recorrieron espontáneamente las calles como acto de protesta para reclamar la liberación de Miguel Ángel. Ermua se convirtió en el centro de una reacción en cadena contra ETA que se propagó por todo el país.

La confirmación de su muerte conmocionó a toda España. Habían sido 48 horas de suspense y esperanza apagadas con el dolor de un final innecesario.
La solidaridad de la sociedad fue unánime hacia el pueblo de Ermua y la familia que obtuvo todo el apoyo posible para condenar los actos de ETA. Las concentraciones aumentaron en número y fueron cada vez más intensas, cobrando el protagonismo de hecho histórico en la actualidad ante la masividad de participación, siendo una de las movilizaciones más importantes sucedidas en España.

La muerte de Miguel Ángel dejó al país sobrecogido por lo sucedido en aquellos días de julio. En su 21 aniversario España sigue llorando la pérdida de Miguel Ángel.