La suspensión de eventos festivos como romerías y ferias motivada por la pandemia ha hecho mella en muchos sectores: feriantes, hosteleros, vendedores ambulantes…
Son muchas familias las que han perdido un ingreso que les permita vivir, aunque pasando más apuros en invierno, pero con la cosecha de cada año realizada.
Sin embargo, hay otro sector que también sufre las restricciones: el ganado. Tratantes y cocheros ven imposibilitada su labor, y ahora también se les impide el poder acercarse a otro municipio a visualizar a los caballos y potros para la compra-venta.
José Antonio y Rafael se dedican al cuidado de sus equinos por afición. Y los pocos ingresos que obtenian eran destinados precisamente al mantenimiento y alimentación de estos ejemplares. Pero la prolongación de la pandemia está apretando cada vez más a un sector que pide ayuda.
No sabemos aún que sucederá en la próxima primavera. Lo que si sabemos es que el buen estado de estos animales está e juego y las circunstancias, según los ganaderos, están apremiando.