El público congregado ayer en el Patio de los Guzmán del Castillo de Niebla disfrutó del ingenio de Lope de Vega con un drama político clásico con muchos aspectos reconocibles en situaciones y actitudes presentes hoy en día.
Se trata de “La judía de Toledo”, una obra dirigido por Laila Ripoll que narra la historia de amor entre el rey Alfonso VIII y una joven judía.
Estrenada el pasado 8 de marzo en el Teatro de la Comedia, sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, la representación ha llegado a Niebla después de haber estado el pasado 9 de julio en el Festival de Almagro.
Tras esta cita, esta coproducción de Micomicón, A priori gestión teatral y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, continua su periplo por otros importantes festivales como los de Olmedo u Olite.
Protagonizado por Federico Aguado, en el papel de Alfonso VIII, el montaje de Ripoll ha logrado embaucar a los asistentes, a los que ha presentado un Lope en estado puro con un espectáculo inquietante, desconcertante e intenso en el que han podido encontrar claras similitudes con la actualidad.
Los espectadores no han permanecido indiferentes a la propuesta de Ripoll y han podido disfrutar de una obra en marcada por la crítica y la censura de los malos gobiernos, de los despilfarros e incluso de la corrupción.
“La judía de Toledo” presenta un drama político, inspirado en una leyenda del siglo XIII según la cual una joven judía conquista al joven rey Alfonso VIII, apartándolo de su familia y de sus obligaciones como gobernante.
Se trata del segundo espectáculo que se representa este año en el marco del 33 Festival de Teatro y Danza Castillo de Niebla, que ofrece siete obras que van desde este Lope de Vega y Calderón a la Compañía de Teatro de México o La Cuadra de Sevilla, de Salvador Távora o la presencia de Andrés Lima, que inauguró la muestra la semana pasada.