El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido abucheado este pasado martes a su salida de la iglesia de San Francisco de Matalascañas. Unas protestas que lanzaron vecinos del núcleo costero situados en los aledaños del templo.
El titular del Ejecutivo, que disfruta estos días de sus vacaciones de verano junto a su familia en el Palacio de Marismillas, había acudido a esta iglesia para asistir a un funeral en memoria de José María Pérez Ayala, histórico trabajador del Espacio Natural de Doñana, fallecido recientemente.
Este hecho sucede en un contexto de sensación de falta de seguridad en el núcleo costero, demanda constante de la Asociación de Propietarios de Matalascañas, que solicitaron en una reunión la presencia de la alcaldesa de Almonte, Rocío del Mar Castellano, a la que finalmente no acudió.