El Pedro Alonso Niño de Moguer no levanta cabeza. Prueba de ello, la nueva derrota que cosechó el sábado en Melilla por una diferencia de nueve goles (27-18). Para más inri, el conjunto entrenado por Javier Socías cuajó un mal partido, con fallos en defensa y poca efectividad en ataque. Una interrupción de la mejoría en el juego que se venía observando en los últimos encuentros. Además, esta circunstancia se vio incrementada por las ausencias de jugadores claves para el PAN como Sergio Cruzado, afectado por un proceso gripal, o Pablo Cumbreras y Dani Podadera, ambos lesionados. Gonzalo Álvarez tuvo entonces que asumir el papel de líder y aprobó con nota marcando nueve tantos. No obstante, fue insuficiente. Las carencias en el juego de los amarillos pesaron más que la buena voluntad, que una vez más se hizo latente en la cancha melillense.
La escuadra entrenada por Faisal Salmi aprovechó la falta de ideas de los moguereños para conseguir su segunda victoria de la temporada.
Las claves, el gran comienzo de los locales y la incapacidad de reacción de los visitantes.
Así las cosas, al PAN Moguer se le complica cada vez más la salvación, con un problema añadido, la falta de ideas para buscar una solución a esta situación un tanto desesperada.