El nuevo mapa de los Lugares Colombinos

Vigencia, coherencia y adaptación legal y patrimonial a los nuevos tiempos.

Los Lugares Colombinos, declarados Conjunto Histórico-Artístico en 1967, pedían a gritos una revisión que adaptase su protección -ya obsoleta- a otra más acorde con la legislación vigente (la de Sitio Histórico) y, ya de paso, modificase la envolvente que entonces fijó el Ministerio de Educación franquista para redefinir mejor el espacio protegido e incluir nuevos elementos que entonces fueron obviados.

El decreto, con fecha 2 de marzo, con el que se protegían los Lugares Colombinos, es un documento redactado en el lenguaje de la época, de la que es fiel reflejo, que puede consultarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Con aquel expediente como punto de partida, la Delegación Provincial de Cultura ha trabajado en los últimos meses para elaborar un nuevo mapa de los Lugares Colombinos.

Una alternativa debatida y estudiada al milímetro por los técnicos y que será propuesta por la Dirección General de Bienes Culturales al Consejo de Gobierno, para después ser incoada, publicada en el BOJA y, una vez culminado el plazo de exposición y alegaciones, pasará por la Comisión de Patrimonio, un órgano que, en todo caso, tiene carácter consultivo.

En términos generales, tal y como explica la directora general de Bienes Culturales, Margarita Sánchez Romero, se ha hecho un estudio de cómo se hizo aquel expediente de los años Sesenta y aquella protección ‘se ha reconducido por cuestiones técnicas’.

A grandes rasgos, la delimitación del antiguo Conjunto Histórico-Artístico de Lugares Colombinos se mantiene en la propuesta de Cultura, aunque se amplía para englobar los tramos de agua por donde teóricamente -al menos así se constata en el Diario de Colón- salieron las Carabelas desde el Puerto de Palos siguiendo por la canal del Río Tinto, hasta la antigua Isla de Saltés, según precisaron fuentes de Cultura.

Y es que el mapa antiguo, que es el que a día de hoy está vigente, estampa un círculo en esta zona pero deja fuera a la ciudad almohade, protegida en la actualidad como Zona Arqueológica. Bajo la premisa de incluir o excluir en su totalidad a la isla histórica -ya que no tiene sentido que la envolvente sólo acoja a parte de esta zona- Cultura ha optado por la primera posibilidad, dejando únicamente fuera la pequeña estela de tierra correspondiente al posterior crecimiento surgido a raíz del dique de El Espigón.

La propuesta de la Junta también incluye otra novedad: el Monumento a la Fe Descubridora, más conocido como Colón, carente hasta ahora de protección alguna. Según explicó el delegado de Cultura, Ángel Romero, Colón se incluirá en el Sitio Histórico pero, además, pasará a inscribirse en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de Monumento, garantizándose así su debido ‘reconocimiento y tutela patrimonial’.

La inclusión de este monumento en el Sitio Histórico se debe a su significación -conmemora el Descubrimiento- y a su especial situación, ya que cuando se alzó en 1929 se ubicó en un sitio estratégico de confluencia de los dos ríos y mirando al frente, por donde debieron salir las Carabelas, un aspecto que también ha sido tenido en cuenta por los técnicos. Todo apunta a que la Junta optará finalmente por exonerar que Colón tenga un entorno propio protegido (los BIC lo tienen de forma inherente), ya que pertenece a otro ámbito protegido (el de Sitio Histórico), si bien esto es sólo una cuestión meramente técnica que no afecta a la protección.

La propuesta también engloba los cascos antiguos de Moguer y Palos, que ya formaban parte del Conjunto Histórico-Artístico, si bien en el decreto no se delimitaba exactamente qué elementos de los mismos estaban incluidos. Además, los lugares ligados a la obra y vida de Juan Ramón Jiménez quedaban dentro de aquel mapa; espacios juanrramonianos que ahora serán excluidos para integrar por sí mismos el futuro Sitio Histórico de los Lugares Juanrramonianos, una iniciativa que Cultura stá tramitando de forma paralela.

De esta forma, la Junta declarará de nuevo el Conjunto Histórico de Moguer, que en realidad no existe como tal (lo que existe es el Conjunto Histórico-Artístico de la época en el que quedaba incluido), así como el nuevo Conjunto Histórico de Palos, que hasta ahora tampoco existía. Con esta decisión, Cultura valora la idoneidad de que estos elementos sean bienes protegidos concretos y, a su vez, parte del Sitio Histórico que conmemora el Descubrimiento.

En concreto, quedan protegidos los cascos antiguos de ambos municipios, siendo el de Palos de la Frontera bastante más pequeño, ya que la extensión es menor y, además, el caserío está bastante modificado. Sin embargo sí se conservan la Iglesia de San Jorge, los restos del primitivo castillo, la Fontanilla, y el Puerto histórico.

Sin embargo, Moguer conserva un casco antiguo de bastante entidad. Cuenta, además, con otros monumentos que ya estaban protegidos y que serán incluidos en el Sitio Histórico, como el Convento de Santa Clara, que es BIC desde 1931; la Iglesia de Santa María La Granada -la parroquial de Moguer, que está en vías de ser declarada BIC en la categoría de Monumento- o el Convento de San Francisco, que también lo será.

Pero esto es algo colateral: igual que los Lugares Juanrramonianos, casualmente coinciden geográficamente con el Sitio Histórico pero no lo fundamentan. Esta circunstancia también ocurre en Palos, cuya iglesia es BIC desde 1931 per se. También lo es el Castillo, ya que todos estos espacios españoles tienen un decreto genérico del año 49 que los equipara y los hace BIC.

Por otra parte, el futuro mapa también incluye otros dos monumentos que son BIC: el Monasterio de la Rábida y la Columna conmemorativa del V Centenario, que en estos momentos está en plena restauración. El entorno de este espacio, que constituye un paisaje natural simbólico, ya estaba protegido por Cultura, puesto que La Rábida también fue tenida en cuenta en el decreto de 1967.

Con tales actuaciones la Consejería pretende dar ‘un nuevo impulso’ a la tutela y el debido reconocimiento a este ‘ingente legado patrimonial’ que en tantas ocasiones ha caracterizado el patrimonio onubense, documentando valores ‘no sólo tangibles sino también intangibles asociados al carácter simbólico e inmaterial que lo significa como evocador de acontecimientos de una historia común’, a la que se pretende dar ‘el debido reconocimiento y divulgación a través de su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz’.