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El mercado nacional lastra las ventas de vino espumoso

Las ventas de vino espumoso se resienten y cerrarán el ejercicio 2011 con un descenso cercano al 20%, según las últimas estimaciones que baraja un sector que se ha visto claramente lastrado por el descenso en la demanda del mercado español.

El burbujeante caldo sigue sin desmarcarse de un estereotipado modelo de consumo que tiene en las fiestas y comidas de navidad prácticamente su principal y casi única vía de consumo. Bien es cierto que este producto, que sigue a pies juntillas el modelo de elaboración del champán o el cava, sigue viéndose lastrado por una nomenclatura que continúa sin gozar del mismo reconocimiento a nivel del consumidor, si bien cada vez son más quienes conocen que, a nivel de calidad, los espumosos del Condado se encuentran a la par que el de los franceses.

No en vano, la exportación ha aumentado significativamente, si bien tal como cita el gerente de Bodegas Infante en La Palma del Condado, José Infante, ello no evita que las cifras totales se resientan. En efecto, la exportación se ha visto incrementada notablemente, lo que delata que el descenso en el mercado nacional ha sido enormemente abrupto. Una tónica diametralmente opuesta al de productos vínicos (dulce, brandy…) que comercializa la bodega, los cuales se han incrementado, en cifras totales, en un 15%. Si este análisis lo circunscribimos al espumoso, la exportación ha firmado ‘un incremento cercano al 50%’, concreta Infante. No obstante, ni tan siquiera este éxito sin precedentes fuera de nuestras fronteras ha podido salvar los muebles del descalabro nacional.

La razón del descenso de la demanda cabe hallarla en el desplome de dos de los principales mercados de estos vinos: las cestas de navidad y las comidas de empresas navideñas. Primordialmente es en este último sector el que más directamente se ha visto afectado en el Condado, al ser en estas comidas donde el espumoso conforma uno de los productos estrella.

Resulta curioso destacar que en otra época el excelente marketing que envolvían al champán jugó un papel primordial a la hora de ligar esta bebida al éxito, la distinción e incluso como bebida alcohólica de referencia para festejar un acontecimiento especial.

Dicha publicidad subliminal caló durante décadas en toda la sociedad española, de la cual se pudieron beneficiar los espumosos del Condado cuando irrumpieron con sus productos. Por el contrario y según algunos restauradores de la zona, hoy día este factor se revela como un elemento que lastra su consumo. Las empresas en sus comidas navideñas ‘entienden que no tienen mucho que celebrar’; y bien por las dificultades de desasociar el consumo a una comida austera, bien por la necesidad de reducir la factura, lo cierto es que la reducción en los restaurantes podría rondar hasta el 40%.

Bajo este escenario, la Cooperativa Agroalimentaria Virgen del Rocío, una de las mayores productoras de espumoso en la provincia de Huelva, aún no han hecho públicas sus cifras de venta, aunque en el año 2010 ya evidenció una tendencia bajista, aunque cerró el año con 36.000 botellas vendidas. Todo ello a pesar de ser un ejercicio igualmente incierto por la ferocidad con la que ya se manifestaba la crisis, si bien sólo durante la campaña navideña se llegó a comercializar entre 20.000 y 22.000 botellas.

Sin embargo, lejos queda el año 2004; el de mayor éxito de la entidad, y en general de todo el sector de espumosos en la provincia onubense, al ser la fecha en la que estalló el boicot a los productos catalanes como respuesta social a los desaires del independentista José Luis Carod-Rovira. En aquel ejercicio la entidad almonteña facturó 50.000 botellas, éxito que no se ha vuelto a repetir, aunque sirvió para demostrar que las burbujas onubenses podían competir de tú a tú en materia de calidad con cualquier cava catalán.

En la misma línea y a expensas de que desde el Norte de España haga el preceptivo cierre del ejercicio contable y revelen en conjunto las cifras del 2011, (desde enero a septiembre el total de botellas comercializadas ascendió a 152 millones), las ventas totales en el 2010 fueron de 244 millones de botellas, de los cuales 95,6 millones se descorcharon en España.

En nuestra provincia la elaboración de este caldo se desarrolla siguiendo el modelo de producción inmemorial denominado champenoise o tradicional. El proceso alquímico de estos caldos radica en la segunda fermentación que se gesta en el interior de la botella; la misma que posteriormente llegará a las mejores mesas. La materia prima se corresponde con un vino al que se le añade azúcar y levadura. El reposo en las cavas de este ‘coctel’ durante un periodo siempre superior a los nueve meses, permite que tras la eliminación de los lías el gas comience a brotar en el interior de la botella.