En la noche de ayer, Jueves de Piñata, Francisco José Díaz Ojeda, alcalde de la ciudad, hizo los honores tradicionales rompiendo la piñata confeccionada por los trabajadores municipales de cultura, para dar comienzo oficialmente al popular carnaval de calle de Bollullos, único y peculiar en la comarca, en el que diferentes calles de la ciudad, son adornadas con papel, luces, maderas, plásticos, banderitas, disfrazadas en definitiva, para recibir a las distintas agrupaciones, comparsas y chirigotas, que en la semana anterior ofrecieron su repertorio, entre cuplés y pasodobles, en el Salón de actos de la Casa de Cultura de la ciudad.
El Carnaval del 2015 presenta en este sentido once calles adornadas, que estarán de fiesta desde hoy viernes y durante todo el fin de semana. En ellas, los vecinos, y en general toda la familia carnavalesca, participa activamente en la elaboración de tapas tradicionales de la época, en los disfraces y en los adornos de la propia calle.
Para la ocasión se montan escenarios en cada calle, en los que las agrupaciones cantan sus repertorios, para toda la ciudad y para los muchos visitantes, que se desplazan a esta ciudad para disfrutar del Carnaval de calle de Bollullos.
Toda esta explosión de alegría y algarabía tiene su inicio hoy, día también tradicional en el Carnaval de calle, denominado “Día de la Comitiva” o “Día de las Calles”, en el que la corporación municipal, junto con cientos de ciudadanos disfrazados, inaugura las calles adornadas, una a una, en una fiesta de música, color y alegría, animada en todo momento por una charanga, que junto a los disfraces y la buena gastronomía bollullera hacen de éste uno de los días mas importantes del Carnaval de calle.
De esta forma Bollullos comienza hoy un intenso fin de semana en el que la Fiesta de Don carnal, se convierte en el gran protagonista con un Carnaval popular y participativo, que ha perdurado a través de los mas de 30 años de fiesta, una vez que se retomara, tras la dictadura en 1984, y que ofrece la peculiaridad y originalidad de una fiesta que mantiene sus raíces en el pueblo.