Ni Papá Noël, ni sus renos quisieron perderse la San Silvestre del Rocío. Más de 350 personas se calzaron sus zapatillas el domingo para disfrutar de esta carrera popular. Una competición en la que no es importante ganar, sino participar, especialmente por su carácter solidario. Y es que los kilos de alimentos que se recauden con cada dorsal se entregaran a la bolsa de caridad de la Hermandad Matriz.
El Rocío es un entorno inigualable para realizar esta prueba. Y no solo para los corredores, también para sus mascotas. Y es que esta edición, la tercera, ha incluido a unos participantes muy especiales en una nueva categoría: la canicross.
Esta tradicional carrera y una garbanzada tuvieron como resultado que El Rocío estuviera a rebosar de gente. Eso sí, la temperatura acompañó durante toda la jornada.