El domingo fue un día festivo en el Condado. Se celebraba la festividad del Corpus Christi y las calles de los diferentes municipios de la comarca se engalaron para recibir el paso del Santísimo.
Muchos de nuestros pueblos se convierten en bosques urbanos y el olor a romero y eucalipto inunda sus calles.
Se trata de una fiesta que se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección y que siempre cae en jueves, aunque desde hace unos años, la Iglesia permite celebrarlo el domingo siguiente.
La mayoría de los municipios lo hacen por la mañana, con una procesión. Aunque también hay localidades en las que sale por la tarde.
Unos salen bajo palio, como en Bonares, Almonte o Niebla, y otros lo hacen en procesión, como en Hinojos o en La Palma, que, además, este año ha estrenado una nueva custodia donada por un vecino de la localidad.
De una manera o de otra, Dios recorre las calles, y lo hace, además, acompañado de los niños que ese año han celebrado su primera comunión.
No sólo plantas decoran las calles en esta jornada tan especial. También se acostumbra a realizar alfombras de sal con motivos sacramentales.
Numerosos preparativos y motivos religiosos inundan nuestros pueblos y los vecinos se echan a la calle también para disfrutar de uno de los días que, como dice el refrán, brillan más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la ascensión.