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Cruz roja hace posible que más de 150 personas discapacitadas disfruten del mar con el programa ‘un baño son barreras’

Cruz Roja acaba de finalizar por este verano el programa ‘Un baño sin barreras’, un proyecto que ha cumplido su décimo cuarta edición en colaboración con el Ayuntamiento de Huelva y la segunda junto al Ayuntamiento de Cartaya, y que ha hecho posible, gracias a la cofinanciación de La Caixa, que más de 150 personas discapacitadas hayan podido bañarse y disfrutar de la playa gracias al vehículo adaptado ‘Anfibuggy’ y al trabajo de los voluntarios y voluntarias que sacan adelante este programa que persigue normalizar la vida de las personas con discapacidad.

El equipo de voluntarios de este año ha estado compuesto por personas de entre 20 y 47 años, de diversas áreas asistenciales, desde técnicos de transporte sanitario, celadora, educadora social, ciencias del trabajo y pedagogía hasta conductores de vehículos adaptados, conductores de vehículos de apoyo y voluntariado de acompañamiento, un equipo que este año ha contado con dos sillas anfibias, una propia de Cruz Roja y otra cedida por Protección Civil.

Estos voluntarios y voluntarias de Cruz Roja han atendido durante los meses de julio y agosto a estos más de 150 usuarios. De martes a jueves, a los particulares y procedentes de asociaciones, y unidades de día dedicadas a la atención a personas discapacitadas físicas, psíquicas y sensoriales de Huelva, y cada viernes a usuarios del centro de día y de una organización de discapacitados de Cartaya. Además, este año, familias de fuera de la provincia, al conocer la existencia del dispositivo, se han acercado a pedir ayuda y el equipo ha atendido a más de 20 personas procedentes, entre otros lugares, de Sevilla, Córdoba y Madrid.

‘Un baño sin barreras’ se ha desarrollado en la playa del Caño de la Culata, en el término municipal de Cartaya, y como en todas las ediciones anteriores, ha incluido actividades de animación con paseos por la orilla del mar, charlas, juegos de cartas y pelota y otras actividades lúdicas que ayudan a normalizar la vida de estas personas con mayores dificultades en su día a día.

Para ello, los voluntarios de Cruz Roja se encargan de recoger en sus casas o en las sedes de sus asociaciones a los usuarios y a sus acompañantes, les trasladan hasta la playa y, una vez allí, les ayudan a bañarse utilizando el denominado ‘Anfibuggy’, al tiempo que hacen posible que estas personas puedan pasar una jornada de convivencia y diversión al final de la cual, y acompañados en todo momento por los voluntarios, son llevados de nuevo a sus puntos de origen.

Antes de encargarse de esta actividad, los voluntarios de Cruz Roja han recibido formación exhaustiva a través del curso ‘Ocio y Tiempo Libre en Personas con Movilidad Reducida’, que mediante un completo programa teórico y práctico capacita a los voluntarios para atender a las personas con discapacidad que participan en el programa ‘Un baño sin barreras’.