Caballero Bonald alerta de los ‘peligros’ que acechan a Doñana como el dragado del Guadalquivir

El escritor gaditano José Caballero Bonald ha hecho hincapié este miércoles en los ‘peligros’ que desde siempre ha acechado al Parque Nacional de Doñana, y en la actualidad ha precisado el riesgo que supone ‘el dragado del río Guadalquivir por la zona de Sevilla’.

En rueda de prensa en la sede iberoamericana de Santa María de la Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) donde ha participado en el encuentro-homenaje ‘La Doñana contada: Homenaje a José Caballero Bonald’, el escritor ha explicado que ‘desde época inmemorial’ Doñana ha estado sometido a distintos peligros.

En este sentido, ha recordado ‘la carretera por la costa con la interrupción de las dunas móviles, que tan fundamentales son para el equilibrio de Doñana’, el aprovechamiento indiscriminado de los acuíferos, la especulación urbanística o ‘ese vómito del infierno de la mina de Aznalcóllar (Sevilla) que llegó a las puertas de Doñana’.

De este modo, ha remarcado que, pese a que los peligros se remontan a tiempos pasados, aún tiene la concepción “idealista” de que ‘la naturaleza puede más que aquellos que quieren destruirla’. ‘La naturaleza siempre vence y a la larga la integridad de Doñana va a ser más duradera que los peligros de los que la han intentado destruir’, ha enfatizado.

De otro lado, el poeta ha incidido en que Doñana tiene para él un significado ‘muy peculiar’, ya que le recuerda a su niñez. ‘Desde que iba a veranear de niño con mis padres a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y pasábamos a la otra banda como dicen, lo que da a entender que se trata de un mundo conocido y remoto e ignorado en cierta medida, siempre ha representado para mí la idea aproximada de lo que era el edén’.

‘PARA MÍ ERA EL EDÉN’

‘Para mí el edén era Doñana’, ha señalado Caballero Bonald, quien ha precisado que ‘era’ debido a que ‘la idea del paraíso se me ha ido corrompiendo conforme me he hecho viejo, por esos peligros que siempre amenazan a Doñana’.

‘Últimamente, como he visto en los periódicos, está el problema que supone dragar el Guadalquivir por la zona de Sevilla, que va a suponer un peligro para los acuíferos’, ha contado.

De este modo, el escritor ha insistido en el significado que tiene para él Doñana, y por ello ‘cuando se puso en circulación lo de la carretera de la costa’, se dio cuenta de que cualquier atentado a Doñana, era un atentado a algo que le pertenecía, ‘una especie de locura sentimental porque esa tierra no podía ser tocada’.

En este sentido, ha admitido que su obra ‘Ágata ojo de gato’ es la novela que ‘más quiere’de todo lo que ha escrito. Se trata de ‘una interpretación mitológica de una presunta realidad’.

Así, ha remarcado que pese a que hay personas que al leer la novela no han sabido ver que ahí Doñana, ‘sí que lo está’, lo que pasa es que ‘parece que no es Doñana, sino un lugar exótico, atemporal, y no se sabe en qué tiempo transcurre la novela, ni donde’.

A su juicio, ‘es como si fuera un topónimo ficticio con resonancias clásicas. Todo el libro es una especie de interpretación mitológica’, ha reiterado el escritor.

Por ello, ha destacado que estamos ante ‘una especie de actualización del viejo mito clásico’ basado en que ‘la madre tierra castiga a todo aquel que pretende ultrajarla’. ‘En la novela, la tierra vengadora va minando la vida de los protagonistas por ser los ocupantes ilegítimos de ese territorio sagrado’, ha matizado Caballero Bonald.

‘Me inventé la historia de aquel extranjero que llega a Doñana, la ocupa de forma fraudulenta, crea una dinastía de personas que de forma ilegítima dominan el territorio, y esa tierra va devorando a los pobladores ilegítimos’, ha destacado el escritor, que ha reconocido que esta novela es ‘lo mejor’ que ha escrito. ‘Creé un mundo propio, un universo literario que puede tener su identidad’, ha subrayado.

En la obra, Doñana está ahí como ‘un trasfondo’ e incluso como un tono de ‘protesta de la tierra, que está a punto de ser destruida’. Preguntado por si habría que escribir más sobre Doñana, se ha mostrado partidario de ello y ha indicado que en su novela aparece este enclave natural de forma indirecta. ‘El protagonista de ‘Ágata ojo de gato’ es la propia tierra que quiere prevalecer a las injurias recibidas’.

Por ello, ha explicado que el investigador Miguel Delibes leyó el libro y ‘supo ver que allí estaba el aliento de Doñana’, no la descripción del espacio físico, ‘si no la fantasía que supone Doñana’. Ha destacado la importancia del lenguaje en la novela, porque ‘la literatura está hecha con palabras y hay que cuidarlo desde el punto lingüístico, sintáctico y morfológico’.

Por último, ha abogado por escribir más sobre Doñana desde las distintas vertientes, geográfica, antropológica o sociológica, ‘las formas de escribir sobre Doñana son incalculables’.