El Condado de Huelva es una tierra especial. El sol en el campo, el atardecer en un viñedo y el olor a vino, hacen de esta zona de nuestra provincia un lugar en el que perderse, dejarse llevar y recargar la recamara de la imaginación y la creatividad.
Así, la artesanía, las iniciativas personales y la creación de productos, conforman uno de sus principales atractivos.
Un ejemplo claro ha sido la historia del chucenero Alonso Solis, un hombre capaz de crear su propio vino.
Pensado para el consumo propio y con el objetivo de hacer realidad una de sus aficiones, hace unos años, nació Alojai. Un vino tinto con personalidad propia y los matices más personales de su autor
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Alojai, nombre en honor a sus dos nietos, Alonso y Jaime, es un producto familiar; un vino donde todos los miembros de esta casa chucenera han colaborado. De alguna manera, es un sueño hecho realidad. Un producto que ha madurado a raíz de la información en los libros, las recomendaciones de amigos y aficionados y el talante de un pueblo cuya cultura vitivinicultora continua vivo en sus gentes.
Ahora, el aroma de Alojai inunda cada rincón de la casa de Alonso. Los casi 400 litros de vino tinto en la variedad de uva syrah y tempranillo meditan bajo el sol del Condado para disfrutarse en cada sorbo.