Antes era un pasaje blanco, que bajaba del municipio a la playa. Y nada más. Alfonso Aramburu, arquitecto reconocido, pintor de éxito y vecino de Matalascañas ha decidido cambiar eso. A mediados de agosto, cogió sus pinceles y sus pinturas y convirtió esas paredes blancas en obras de arte. Al ayuntamiento no solo no le importó, sino que le ha encantado la iniciativa.
En estas pinturas, el artista onubense ha hecho un pequeño homenaje a quienes viven y trabajan en Matalascañas. Camareros, niños, repartidores… y a dejado su nombre para el recuerdo en las paredes del pasaje. Y por todo esto, la alcaldesa ha anunciado que en el próximo pleno propondrá que este pasaje pase a llamarse ‘Aramburu’.
El pintor onubense, por su parte, le ha agradecido el gesto y ha confirmado que, esta vez, sí aceptará el nombramiento y no hará como en Huelva, donde ha rechazado dos veces que le pongan su nombre a una calle porque no le gustaba la calle que era.
Alfonso Aramburu ha expuesto su obra en París y en Berlín. Sus cuadros decoran salones en Madrid y Barcelona. Su pintura ha recorrido Europa. Ahora, tras dos meses de trabajo, Matalascañas podrá disfrutarla para siempre, y de forma libre y gratuita, en este pasaje de la playa de Matalascañas.