Alerta por el “deterioro y retroceso” de la costa onubense

Un nuevo informe sobre las costas españolas ha puesto en alerta a la provincia de Huelva tras un estudio de Greenpeace en el mes de julio donde advierte sobre la “pérdida de sus funciones naturales” como consecuencia de “las barreras artificiales y el cambio climático”, denuncian.

Para ello se basan en el aviso que ha lanzado la NASA para determinar el alcance en aquellos lugares más afectados pues, según la regla de Bruun, estiman que por cada centímetro que suba el nivel del mar, la costa retrocederá un metro.

Así, en el escenario actual de “ritmo de subida del nivel del mar, contaminación y según el consenso científico establecido en el Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC 2021)”, determinados lugares próximos a la costa onubense podrían verse afectados por la erosión y la subida del nivel del mar dentro de tan solo seis años.

Es el caso de los enclaves de Doñana, Matalascañas, Mazagón, Palos de la Frontera, Huelva capital, Punta Umbría, Ayamonte, Isla Cristina, Islantilla, El Rompido, Aljaraque, Corrales, Moguer y San Juan del Puerto.

De todos los enclaves Greenpeace resalta que “la zona más frágil y delicada es la costa de Doñana, que ha retrocedido 80 metros ya y donde la erosión se está acelerando por el cambio climático”, alertan.

La organización ecologista considera que la erosión y la subida del nivel del mar está condicionado por el “maltrato” sometido a los enclaves costeros que junto a los impactos del cambio climático hace que las playas también suenen a riesgo por la subida del nivel del mar, explican.

Para ello ponen el foco en una costa “demasiado urbanizada, donde no se ha respetado a la naturaleza y se han construido diques, paseos marítimos o puertos que han ido aumentando su deterioro año tras año”, denuncian.

Por último, la organización ecologista va más allá al señalar que el atractivo del litoral andaluz para la industria turística es “enorme” y en muchos puntos ha supuesto “un deterioro evidente” en los 910 kilómetros de costa andaluza.