Chucena homenajea a su vecino Anselmo Monge con un azulejo en su honor

Un proyecto de toda una vida. Eso es lo que los vecinos de Chucena han querido poner en valor en el sentido homenaje que han realizado a Anselmo Monge Franco.

Sin él, sin su esfuerzo y su trabajo a lo largo de los años, la ermita de Alcalá seguiría derruida, abandonada y profanada por las bestias tal y como él y sus amigos la encontraron hace más de medio siglo.

En palabras de la alcaldesa, Encarni Castellano, “hoy estamos dando por finalizadas todas las actuaciones que se debían de hacer en este templo, unas obras que se iniciaron hace 60 años para la restauración del mismo”.

El Ayuntamiento de Chucena ha querido poner en valor la dedicación de Anselmo con un azulejo en su honor. ¿El lugar? La fachada de la ermita que deja testimonio de la obra de este hombre bueno.

Así lo definía durante el homenaje su amigo Manolo García, quien, junto con Ramón Franco, le dedicó unas emotivas palabras a este hombre que se define por sus obras por su legado.

“Este año, para la romería, queríamos hacerle un homenaje a Anselmo poniendo un azulejo con su nombre y dejar así por terminadas las obras”, explicaba Castellano. Pero este año no ha habido romería. “La otra tarde estuve viéndole y me decía “ya está terminado, yo ya me puedo ir tranquilo, estoy satisfecho”, y yo le dije no, Anselmo, todavía no está terminado, todavía le falta un pequeño detalle”. Un detalle que perdurará para siempre en la ermita que ayudó a reconstruir.

Consagrada hoy a la Divina Pastora y a San Isidro Labrador, esta ermita de Alcalá de Chucena, un imposible irrealizable, tal y como los mayores le dijeron a Anselmo Monge en su día, una quimera, es hoy una realidad. Porque no hay tarea imposible en las manos de un hombre decidido a hacerla realidad.