Al cante del “Himno de la muerte”, el pueblo palmerino recibía el viernes al cuerpo de La Legión. Cita marcada en el calendario desde 1951 y que abrí las fiestas de la Cruz de la Calle Cabo.
Toda una jornada de júbilo a la que a los bartolos les acompañaron personas venidas de todos los lugares.
Y del verde militar, al verde de estandartes, color oficial que predominaba en las carrozas de los bartolos durante el romerito del sábado. Tradición de dos siglos de antigüedad y que ha vuelto a llenar las calles de volantes.
El domingo, día de la procesión, a la Cruz les hizo compañía en su protagonismo la reina y damas, vestidas por el hinojero Pedro Béjar. Todo un fin de semana de jolgorio y devoción que ha iniciado la cuenta atrás para un nuevo año.