Concluye el 8º Foro ‘Saberes para el Cambio’ con la lectura de un manifiesto en La Rábida

Tras dos días de trabajo en la Sede Iberoamericana de la UNIA, el grupo de expertos que ha participado en el 8º Foro Internacional ‘Saberes para el cambio’ ha trasladado sus conclusiones mediante la lectura del borrador del manifiesto que publicarán en los próximos meses.

Conflictos ecológicos distributivos Norte-Sur en el contexto del Río+20. Países desarrollados y Países Arrollados, es el nombre del texto, el cual ha sido redactado por Cristina Narbona miembro del Grupo de Alto Nivel del Secretario General de la ONU sobre Sostenibilidad Global; Juan Ramón Antúnez, de la cátedra UNESCO de Interculturalidad y Derechos Humanos de la UNIA; Cecilia Carballo, de la Fundación IPADE y miembro de la junta de gobierno de la Coordinadora ONGs de Desarrollo; José A. González, del laboratorio de socioeconomistas de la Universidad Autónoma de Madrid; Marco Gordillo Zamora, coordinador de Campañas de Manos Unidas; David Llistar i Bosh, coordinador del Observatorio de la deuda en Globalización de la Universidad Politécnica de Cataluña; Carlos Montes, director del Aula de Sostenibilidad de la UNIA; y Lourdes Soria, también del Aula de Sostenibilidad de la UNIA.

Entre otras ideas, en el manifiesto desarrollan la de que no estamos viviendo sólo una crisis financiera sino una crisis de civilización. Esta crisis está causada, en parte, por una interpretación errónea de la interdependencia entre el bienestar humano y la naturaleza de la que formamos parte. Estamos inmersos en un proceso emergente de Cambio Global cuyas consecuencias socio ecológicas nos lleva a un colapso que está afectando ya a las poblaciones mas vulnerables del planeta. Para el grupo de expertos, la ruta hacia Rio+20, nos proporciona una oportunidad para repensar nuestro modelo de desarrollo, cuestionado el paradigma de crecimiento ilimitado sobre el que se han basado las decisiones en los últimos 20 años.

Respecto a los Países Desarrollados y Arrollados, para el equipo redactor del manifiesto, aunque muchos millones de seres humanos han salido de la pobreza extrema, el modelo de desarrollo basado exclusivamente en el crecimiento económico ilimitado medido por el PIB, ha resultado ser una perversa panacea generadora crecientes desigualdades, nuevos excluidos y un progresivo deterioro ecológico. El poder económico continúa concentrado en pocas manos, ahora en instituciones financieras difusas, que controlan y especulan sobre las materias primas, la energía, la información, los sistemas de producción, distribución y consumo. En consecuencia vivimos en un mundo de ganadores y perdedores en el que la exclusión y las desigualdades continúan creciendo, despojando a grandes mayorías del acceso a derechos tan básicos como al agua, la alimentación, la salud y la educación.

A pesar de todo se muestran optimistas, ya que la respuesta a los efectos no deseados del paradigma vigente se está articulando alrededor del concepto de economía verde, que mantiene el espejismo de un crecimiento ilimitado respetando los límites planetarios. Sin embargo, la economía verde significa la financiarización de la naturaleza a través de la promoción de herramientas de mercado como el pago por servicios ambientales o los mercados de ecoservicios, abriendo la puerta a la especulación y desposesión de esos recursos vitales para millones de seres humanos.

Asimismo, la economía verde apuesta por la promoción de las ecotecnologías como una oportunidad de negocio. Ello conduce a que se utilicen más como un fin en si mismo que como una verdadera herramienta de transición a la sostenibilidad, perpetuando el modelo imperante de incrementar la oferta y no gestionar la demanda irracional de los servicios de los ecosistemas.